En la inmensa mayoría de los casos NO es obligatorio. Este es un servicio voluntario para las viviendas y gran parte de los negocios. Nuestras instalaciones son completamente funcionales sin este servicio, ya que todas ellas disponen de sirenas acústicas de interior y exterior. Además nuestras alarmas pueden llamar al teléfono móvil del propio cliente para avisarle de un robo, sin suponer un coste adicional al de la propia instalación.

Los negocios con obligación de tener un sistema de seguridad con conexión a Central Receptora (Grado 3) + sistema de videoviligancia son:

• Entidades de crédito
• Armerías
• Joyerías y platerías
• Galerías de arte y tiendas de antigüedades
• Gasolineras
• Loterías
• Casinos, bingos y locales de máquinas recreativas

En el resto de los negocios, si bien no es obligatorio sí es altamente recomendable, ya que la Central Receptora recibe las alarmas en tiempo real y tiene la capacidad de procesar las alarmas pudiendo llamar a las Fuerzas de Seguridad del Estado si se dan los parámetros concretos. Además, este servicio minimiza las falsas alarmas, por lo que evita las posibles sanciones previstas en la Ley.

Nuestro servicio de Central Receptora de Alarmas sólo cuesta 13,50€/mes. Incluye la gestión de los 5 niveles de seguridad y no aumenta de precio por tener más o menos detectores. Este precio es el mismo sea una vivienda o un negocio, con la excepción de las instalaciones obligadas de Grado 3 y las instalaciones especiales.

Este mismo servicio, se dispara de precio en compañías como Securitas Direct o Tyco que tienen como precio base 34€ para viviendas y 39€ para comercios con un número limitado de detectores. Además se atreven a añadir 1€ más por cada detector que el cliente añade al kit base, cuando en realidad, esto no supone un aumento de atención a su vivienda o negocio.

Estas compañías obligan a la contratación de este servicio por dos razones muy simples:

• Sus alarmas siempre son inalámbricas y no disponen de sirena acústica exterior. Sin este servicio, su alarma carece de utilidad ya que no puede alertar en la calle y tampoco permite el aviso al móvil del cliente de forma gratuita.
• Su modelo de negocio está basado en las cuotas mensuales de este servicio. Ofrecen precios de alarmas que parecen estar fuera de mercado pero los recuperan duplicando o triplicando la cuota de la C.R.A. Al final el cliente paga mucho más que cualquier otra alarma del mercado aunque le hagan sentir que está aprovechando un magnífica oferta.

Además, hay que tener en cuenta que estas compañías obligan a firmar un contrato mínimo de 5 años con una financiera por lo que el cliente está obligado a cumplir el contrato. Pasado este tiempo, muchos clientes se dan de baja pero pierden todo lo pagado ya que su alarma, sin las cuotas, carece de utilidad.

No sirve cualquier alarma ni cualquier instalador. La normativa en España es muy restrictiva y sólo los instaladores homologados como Santonja Seguridad pueden instalar alarmas de Grado 2. Este Grado de homologación, que afecta a cada componente del sistema de seguridad, es el mínimo obligado para la conexión con la C.R.A. Los negocios que están obligados a disponer de este servicio necesitan que su sistema de seguridad cumpla con el Grado 3.

Para la conexión con la C.R.A., el cliente debe disponer de una línea telefónica en su vivienda o negocio i/o contratar una tarjeta de telefonía móvil. Estos dos sistemas son los más utilizados para establecer la conexión entre la instalación del cliente y la Central Receptora de Alarmas.

En caso de no querer disfrutar de este servicio, reprogramaremos su sistema de seguridad para que le pueda avisar a su teléfono móvil sin coste mensual alguno. Sólo es necesario disponer de la línea telefónica fija o móvil para que su alarma se comunique con su teléfono móvil. En caso de no disponer de esta vía de comunicación, su alarma seguirá estando totalmente operativa al contar con sirenas acústicas de interior y exterior que ayudan a disuadir al ladrón.

A diferencia de las compañías anteriormente citadas, no entendemos este servicio de otra forma que no sea voluntaria para nuestros clientes, puesto que las necesidades en materia de seguridad difieren mucho dependiendo del tipo de cliente, de su instalación y su ubicación.